Sabemos que después de lo vivido estos dos últimos años, muchas personas se están sintiendo apáticas, sin energía, con ansiedad. Y muchas de ellas lo han normalizado o se han resignado a ello. No obstante, esto es fruto de una situación que nos ha detonado multitud de debilidades que podemos borrar y fortalecer para recuperar nuestra alegría natural. Hay experiencias de la vida que todos catalogaríamos como traumáticas si son vividas: una violación, un terremoto, una guerra, una enfermedad mortal… Es decir, son experiencias en las que sentimos que nuestra vida o la vida de las personas que queremos está en grave peligro, hay o podría haber pérdidas graves, o se experimenta un cambio de vida doloroso e inesperado. Los sucesos de este tipo son considerados traumáticos y se caracterizan por una sensación de horror o miedo intenso, impotencia, lesiones graves o amenaza de estas, muerte o amenaza de muerte. Mientras dura la experiencia traumática el cuerpo se mantiene en estado de alerta y activa todos los mecanismos de supervivencia posibles. Una vez pasado el peligro se desactiva esta alerta, entonces el sistema nervioso se relaja y sale todo el desgaste acumulado. Ese cambio de “exigencias” tiene un impacto fisiológico que genera cambios hormonales y repercuten en el sistema nervioso y el sistema inmunológico. El impacto mental es el Desorden de Estrés Postraumático, un fenómeno psicológico y emocional que se genera a partir de la vivencia de experiencias traumáticas que no se han podido integrar de una manera adecuada. A nivel psicológico, este tipo de sucesos suelen quedar almacenados disfuncionalmente, ya que el impacto es tan fuerte que no se puede procesar toda la información experimentada. Cuando un suceso no ha sido procesado, surgen automáticamente pensamientos perturbadores, emociones intensas y reacciones físicas negativas que se siguen sucediendo a pesar de que el suceso ya no esté ocurriendo. Además esto hace que se detonen otras memorias y emociones debilitadoras que podemos tener almacenadas de manera inconsciente. Algunos síntomas que pueden indicar la existencia de un desorden de estrés postraumático son: insomnio, pesadillas, irritabilidad, inestabilidad emocional, ansiedad, nerviosismo, estrés, apatía, falta de energía, agotamiento, falta de alegría o de sentido a la vida… Las emociones negativas más frecuentes tras la vivencia de una experiencia traumática son el miedo y la culpa. Los acontecimientos vividos con la pandemia han sido el escenario típico de un suceso traumático, además sostenido en el tiempo. Y ahora que el peligro está pasando, muchas personas pueden estar manifestando el estrés postraumático. Lo vivido en estos dos años y medio ha hecho aflorar debilidades tanto de nuestra mente como de nuestro cuerpo y nuestro espíritu y es posible que sientas que estás desbordado, ralentizado o apático. Nuestro sistema nervioso central (SNC) es una biocomputadora maravillosa que puede fortalecer esta información e, incluso, borrarla con facilidad a través de técnicas como el MHA o el Método Yuen. Aprendiendo cómo funciona el sistema nervioso, como detectar debilidades y cómo fortalecerlas, podemos borrarlas y fortalecernos para la alegría, la vitalidad, las relaciones e incluso ¡las finanzas y los proyectos vitales! Muchas personas que nos consultan en talleres y sesiones han comentado debilidades similares que han detonado en estos años y que aún se mantienen en sus vidas. Algunas de ellas son: Con las relaciones: exceso de relaciones con algunas personas y falta con otras, estrés o ansiedad social, fobias, irritabilidad constante. Con los proyectos vitales: sensación de vacío, de falta de dirección o de sentido, insatisfacción constante. Con el dinero y la economía: incertidumbre, pérdida de poder adquisitivo, miedo a invertir. Con el tiempo, distorsión del tiempo, mala gestión del mismo, sensación de que transcurre demasiado lento o demasiado rápido. También miedo a envejecer y morir. Con la salud fobias e hipervigilancia, aparición o agravamiento de trastornos o somatizaciones. Con la vitalidad cansancio constante, pérdida de vitalidad, de brillo en piel y ojos, pérdida de elasticidad, tono y salud celular, insomnio. Si es tu caso y te gustaría aprender una de las técnicas más rápidas, sencillas y directas para borrar debilidades con el sistema nervioso, te invito a participar de alguno de los cursos o sesiones semanales Y por supuesto también puedes pedir una consulta privada. Escrito por:
Rebeca Mateo Psicóloga sanitaria colegiada y facilitadora de MHA Candela Poó Máster en psicología social y consultora de MHA y Método Yuen
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