Os comparto esta meditación que propone Ástiko para el mes de agosto, es sencilla, fácil y un hábito maravilloso que os llenará de energía para compartir, la recomiendo.
Amor y meditación Cuando tengas un momento de amor, por tu amad@, por tus hijos, tu madre, tu padre, un amigo, una puesta de sol, un animal, un paisaje, etc… párate, no hagas nada con esa energía, vuelve tu atención hacia dentro y silénciate, siéntela en el cuerpo, percibe la respiración que acompaña ese sentimiento, imágínate que ese sentimiento se expande por todo tu cuerpo, por tu cerebro… Toda tu consciencia imbuida y coloreada por ese amor. Una vez que le hayas dado espacio dentro de ti, permite que se expanda más allá de tu forma física, que se expanda a tu alrededor como un halo, como un perfume, como una vibración y libera ese sentimiento hasta dónde alcance. A lo mejor se expande hacia el infinito y percibes que no tiene fin, que todo lo que Es, inclusive tu mismo está contenido dentro de ese amor. Poco a poco entenderás como es eso de que tus seres amados son una puerta por la cual el amor se cuela para liberarse por toda la existencia. Si y entenderás que no hay otra cosa, más que amor manifestándose de millones de maneras. Cuanta creatividad! Cuanto espacio! Con amor, Astiko El enlace original: http://www.tantrawithastiko.com/meditacion-del-mes-agosto-3/
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¿Alguna vez recurriste a tu espiritualidad para evitar enfrentar un aspecto doloroso de tu vida? ¿Dejaste pasar abusos en nombre de la compasión? ¿Te escudaste en tus aspiraciones más elevadas para evitar sentir celos o enojo, por considerarlas emociones “poco espirituales”?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es sí, no estás solo. La mayoría de las personas que transitan el camino espiritual caen en algún momento, sin darse cuenta, en esta distorsión que el psicólogo estadounidense John Welwood bautizó “bypass espiritual” allá por 1984. De hecho, es una ocurrencia tan común en la cultura espiritual reinante, que muy pocos la perciben su existencia y los peligros que trae aparejados. Autores como Ken Wilber y Robert Augustus Masters incluso advierten que muchos consejeros religiosos y psicólogos transpersonales hoy promueven este error, con las mejores de las intenciones, al proponerle a quienes buscan su ayuda soluciones espirituales a problemas de otro origen (cognitivos, psicológicos, hasta corporales). El psicoterapeuta Robert Masters dice en su libro Bypass espiritual: cuando la espiritualidad nos desconecta de lo que verdaderamente importa que nuestra dificultad para tolerar y hacer frente a nuestra sombra personal y colectiva es el motor que nos lleva a buscar la espiritualidad como refugio o solución fácil a nuestros problemas. En estos casos, las prácticas o creencias no ayudan a elevarnos sino a evitar el costoso tránsito por el auto-examen y la auto-observación, a acallar la voz interior que nos dice que algo no está bien, a barrer bajo la alfombra conflictos y dificultades que piden a gritos ver la luz del día. Así lo describe John Welwood, quien acuñó el término a partir de lo que observaba en su comunidad de practicantes budistas, y en él mismo: “Cuando caemos en el ‘bypass spiritual’, usamos la meta de la iluminación o la liberación para racionalizar lo que yo llamo trascendencia prematura: intentar elevarnos por encima del costado crudo y desprolijo de nuestra humanidad antes de haberlo enfrentado verdaderamente y haber hecho las paces con él. Y entonces procuramos usar la verdad absoluta para descalificar nuestras necesidades humanas relativas, nuestros problemas psicológicos, nuestras dificultades vinculares o déficits de desarrollo. Creo que este es una especie de ‘peligro ocupacional’ del camino espiritual, dado que la espiritualidad conlleva la visión de ir más allá de nuestra situación kármica actual”. ¿De qué formas se manifiesta esta tendencia en las personas? En una actitud de desapego excesivo, la represión de ciertas emociones (la tendencia a “anestesiar” la tristeza o el enojo), o a través una compasión ciega, una inclinación exacerbada hacia lo positivo, ignorando o denostando la propia sombra (los aspectos mal vistos de uno mismo). En casos más extremos, puede presentarse, incluso, como delirios de iluminación. También se denomina a esta tendencia “inflación espiritual”, en referencia la noción de que todo puede trascenderse a pura fuerza de luz y voluntad. Pero ya lo decía C.G. Jung: “Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad”. Sigue leyendo el artículo |
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