Todos hemos tenido sensaciones en los lugares. Hay algunos donde inmediatamente nos sentimos como en casa, nos relajamos o sentimos que la inspiración viene con facilidad. En otros, en cambio, nos podemos sentir agobiados, inquietos o bloqueados.
Esto tiene que ver con la energía del espacio. Al igual que las personas, los lugares tienen sus propios campos de energía y cuando entramos en ellos nos afectamos. Un espacio sano es extremadamente importante a la hora de emprender un negocio o de establecer nuestro hogar, porque este campo nos afectará durante tiempos prolongados y en áreas muy importantes de nuestra vida. Nuestro hogar es el sitio donde descansamos, nos reponemos y creamos nuestra vida privada. Mientras que un hogar equilibrado nos apoyará en esos aspectos, aquel que no lo esté puede acabar haciendo mella en nuestra tranquilidad mental y estado físico, pudiendo manifestarse en insomnio, pesadillas, enfermedades sin origen aparente, irritabilidad o conflictos recurrentes en la pareja o familia ![]()
Cuando se hace una regulación de un hogar las personas perciben resultados de forma casi inmediata o su propia claridad de cómo solucionar problemas: personas que dejan de estar cansadas y enfermas, que dejan de tener pesadillas, plantas que dejan de morirse, mascotas más tranquilas y a gusto, mayor armonía en las relaciones...
Nuestro negocio. Cuando hablamos de locales o despachos este aspecto, a menudo olvidado, resulta extremadamente importante: un local armónico invita a pasar y quedarse, las personas están a gusto y agradecen aún inconscientemente este estado, valoran mejor nuestro producto o servicio y las personas que trabajan en él están más descansadas y de mejor humor. En un local desequilibrado se suceden los conflictos, las personas no aprecian lo que ofrecemos y, en ocasiones ni siquiera llegan a entrar.
En nuestro trabajo hemos visto locales estupendamente situados, reformados y decorados, donde un negocio tras otro cerraba sus puertas aún ofreciendo un producto o servicio perfectamente adecuado al público del lugar. También hemos visto resurgir y florecer negocios después de una regulación, o una comprensión profunda de las personas que los llevaban de cómo reconducir o reinventar su actividad. Todas las culturas milenarias tenían en cuenta la energía de los lugares al construir sus emplazamientos sagrados y de poder. Técnicas como el Feng Shui se utilizaron originalmente para la elección del lugar idóneo donde ubicar un palacio, una casa o una tumba, en este caso con el objetivo de facilitar la felicidad y la abundancia a las personas y a sus descendientes. En nuestra vida cotidiana, a menudo no tenemos la posibilidad de elegir un lugar sagrado para nuestro hogar o nuestra oficina o negocio, pero podemos armonizarlo potenciando su salud y prosperidad. Sanar los espacios es un arte que requiere del conocimiento y la sensibilidad para trabajar con los campos de la tierra y el cielo, la historia de los procesos y personas que han habitado un lugar y de los lugares cercanos que pueden afectarlo. Con la armonización de espacios o geomancia podemos restablecer los flujos de energía en los lugares, transformando nuestras viviendas y lugares de trabajo en centros de poder sagrado y contribuyendo a traer luz a nuestro espacio, las personas que lo habitan y el planeta. Escrito por Angels Junyent y Candela Poó,
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Diciembre 2022
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